A la caza del tatuaje

Voy a encontrar ese tatuaje aunque muera en el intento”. Con estas palabras, Howie Goldman emprende una delirante y singular aventura por todo el globo que demostrará que tiene razón, de una forma u otra. Hijo de un excéntrico millonario, a Howie (F. Richards Ford) los ojos le hacen chiribitas cuando le leen el testamento de su padre. De todas las bellezas del mundo que su padre ha “conocido”, una en concreto lleva un singular mapa del tesoro -un tatuaje grabado en el trasero- que revela la situación de una caja de seguridad llena de 80 millones de dólares en metálico. Si Howie consigue encontrar el tatuaje oculto, los millones serán suyos y si no, sus hermanas serán muy, muy ricas. Mientras Howie emprende emocionado una vuelta al mundo en 60 días en busca de las nalgas tatuadas, dos matones (Michael Gregory y Jonathan Piena-ar) le pisan los talones. Howie le debe algún dinero a la mafia local y los matones están decididos a sacárselo a golpes. Armado con el “librillo negro” de su padre, Howie inicia su divertida aventura en busca del tatuaje secreto y los millones que oculta. Bajo el amparo de varios disfraces muy inteligentes y de espectaculares decorados, Howie va conociendo a su lista de bellezas. Su primera parada es un convento con una monja que carga con algo más que con su alma. Después se va en jet hasta Arabia Saudí y prueba los manjares de un harén del desierto, pero el plato que él busca no está allí. Con los dos matones a sus espaldas, Howie se mete en un buen lío con un manjar italiano que resulta ser la hija de un “solitario” capo de la mafia. Los matones corren por el aeropuerto para intentar coger a su hombre, pero Howie les da esquinazo y se dirige a Cuba, donde se tropieza con una imponente líder de la guerrilla y su pelotón de fusilamiento. Escapa por los pelos para caer en una granja de cocodrilos donde encuentra a la penúltima belleza del libro y descubre que los cocodrilos y los matones no se llevan nada bien. Todavía sin pistas ni tatuajes, la lunática búsqueda de Howie completa su ciclo al regresar a donde había empezado en un sorprendente, gracioso e inolvidable final de la caza del tatuaje.